miércoles, 1 de junio de 2011

Que usted vaya con Dios.

 Gritos en el salón, disparos de miradas en silencio, una vieja poesía suena en la habitación. Arde Roma, adiós Roma, adiós. Al parecer cuando mis manos tocan el teclado y se expresan mis ojos se abren, mis ojos lloran, toda la casa llora, algo arde. Todo explota alguna vez en la vida, ya lo hizo hace años y nos creó a todos, esto destruye poco a poco, de dentro para afuera, y tras la explosión todo arde, pero no hay bombero para apagar la llama, ese bombero se llama tiempo y pasará, sé que pasará, me lo ha dicho mi amiga Claudia.
 
  "Toma Javi, sé que lo quieres. Por ser valiente y el mejor." Lágrimas saltan al recordar todo esto, nunca antes lo había recordado, una persona me hizo volver atrás, donde tenía que comer un helado después de cada comida para recuperarme. Gracias mamá, aún ese Pikachu gigante sigue conmigo. No en persona, pues un ojo le cayó y en la basura acabó, pero siempre estará ahí. Feliz cumpleaños mami.
 
  Adiós Roma, adiós. Que usted vaya con Dios, será mejor que si baja por ahí le acompañen uno o dos. Arde Roma, arde. Pero todo parará tan temprano como tarde.
Es el comienzo del fin, como dijo El Rey León hace ya varios años. Pero todo necesita quemarse, apagarse y volver a renacer, como ese fénix que conocí, el famoso pajarito que le contaba todo lo malo que hacía a mi madre.
  Te lo repito, por si no lo has visto. Todo arde, lágrimas caen para apagar el incendio, pero nada sirve. Pero una extraña fuerza entra por la puerta, me dice que siga adelante, que me eche a soñar y lo olvide todo. Que mañana será otro día, que me levantaré y escucharé esa canción que escucho todas las mañanas ... "lo damos todo por esa chica que acabas de conocer" ... una buena canción.
  Como cuando eramos pequeños, que todo se solucionaba con un "perdón" y a correr de nuevo, ahora ese perdón es tan díficil, a veces ni sale, por el orgullo. El orgullo, a veces bueno, a veces no tanto ... eso lo dejo para otro día.
  Tú simplemente vive, decide en tiempo récord, y olvida el rencor. El ritmo cambia, ahora todo es más lento y tranquilo, el incendio ha terminado, todo está apagado, pero con cenizas, humo ... ojos rojos, unos dicen por la lentilla, otros porque le pican los ojos ... pero todo es mentira, todos sabemos porque tenemos los ojos rojos, pero nadie lo dice ... disparos de silencios rotos vuelan por toda la casa y todo se va ...

Adiós Roma, adiós.
Ah, recuerda siempre lo que dijo el viejo, en lo que sea, pero el mejor.

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