domingo, 26 de mayo de 2013

El silencio lo dice todo.

 Y quizás no sean más que delirios de una mente acostumbrada a sufrir, y quizás se siente y nunca más se vuelva a levantar. Es la piel, que se le queda pequeña al tener tanto que crecer. Es el mundo, que se le queda pequeño al tener tanto por lo que correr. Es ella, que se le queda demasiado grande para lo que él quiere sentir. Que aunque el barco se hunda, todos sabemos nadar hasta la orilla. Que aunque los versos de ese poema sean ella, todo lo escrito se acaba por borrar. Y aunque él no sepa nada de la vida, como la va a olvidar con esos labios, con ese pelo.
Que sí, que sus noches son más largas que muchos días, y que la cama se le queda pequeña de tanto que sueña. Soñar es el terrorismo de la realidad, pues te promete cosas que luego siempre explotarán por algún sitio y tú volarás lejos, y no podrás hacer nada. Aunque ella sea poesía, aunque la guitarra tenga su forma, siempre nos quedará el espejo. Siempre tendrá su alma de escritor que no sabe escribir, su alma de poeta tartamudo, se tendrá. Nunca se fallará, y el día que lo haga, habrá un señor vestido de negro en su puerta y se lo llevará, por daños y prejuicios. Que hasta esa canción suena a su voz, que esa foto es su sonrisa, que el rojo es ella. Pero siempre estarás por encima de todo, hasta que te superen, y ahí, haya que saltar del barco, nadar la orilla y esperar sentado en una roca. Que si nunca viene nadie, el aire no es un mal compañero. 

domingo, 12 de mayo de 2013

¿Y tú?

"Entonces cuenta que fue a un restaurante, se sentó y escuchó hablar al cocinero. Y el cocinero había hecho una asamblea, donde estaban presentes las gallinas, los patos, los cerdos, los conejos, los faisanes. Y entonces, les preguntó: -¿Con qué salsa quieren ser cocinados?- Todos quedaron asustadísimos. hasta que se escuchó a una humilde gallina decir: -Yo no quiero ser cocinada- Entonces el cocinero dijo: -Un momento, ¡está eso fuera de toda discusión! Ustedes lo único que pueden elegir es la salsa con la que quieren ser cocinados-  Eso nos está pasando a nosotros, ¿que elección tenemos?
 ¿Ustedes eligieron la salsa con la que quieren ser cocinados?"

miércoles, 12 de septiembre de 2012

A song about nothing.

 Una silla astillada, una mesa que chirría, una bombilla que ya no ilumina, un vaso sucio y una vieja botella de algo desconocido. Un rayo de luz se pelea con el polvo mientras por el cristal las gotas de lluvia corren creando un charco en el suelo, desgastando la madera ya de por sí mayor.
 El tocadiscos no ha parado de sonar, siempre el mismo disco, con las mismas canciones. Los pensamientos se acompañan del tintineo de los hielos y la vieja canción de siempre. Esa canción que no lo dice todo, pero tampoco dice nada. Un viejo violín, algo de un piano y quizá una guitarra desafinada crean una mística en la que las voces más desgarradoras dicen lo que queremos oír, y las voces más dulces no dicen más que mentiras y desengaños.
 Las paredes están cansadas, y el hielo se siente observado. El vaso aguanta con firmeza, la bombilla se tambalea y el cristal llora. El humo ha quemado el techo y las voces se funden en las nubes.
 "¿Me preguntas que en qué pienso? Buena pregunta. Quizá piense en lo bonita que es la noche, o lo maravillosa que se vuelve cuando se acaba. Tal vez no esté pensando, tan solo escuchando. ¿A quién? No hace falta que se presente nadie aquí para yo escucharlo, muchas veces me siento en esta vieja silla, miro el aire y lo escucho atentamente. A menudo las cosas que te hacen sentir bien las escuchas cuando no hay nadie hablando, cuando solo escuchas el tintineo del hielo, la vieja canción y el zumbido de esa maldita bombilla. Quizá todas las preguntas a las que todos buscamos respuesta no la tienen, de hecho, sinceramente creo que nadie tiene respuesta a nada, y eso es mágico."
 "Todos buscamos la paz, y la paz, está ahí, quizá para encontrar tu paz hayas de buscar tu propia silla, tu propio hielo y tu propia canción. La respuesta, viejo amigo, está en el viento."

miércoles, 25 de julio de 2012

Carpe fuckin' diem.

 A veces en la vida de las personas se crean momentos, sea por los motivos que sean, que te demuestran que no estás haciendo las cosas bien, que realmente no estás viviendo, solo estás pasando de puntillas por la vida en lugar de pisarla bien fuerte y que se note que tus zapatillas han pasado por todo esto.
 Respirar bien fuerte hasta que tus pulmones no puedan coger más aire y soltarlo bien fuerte, reír tanto hasta que te duela el estómago, gritar hasta que vacíes todo lo malo, correr hasta que tus piernas no te puedan sostener, saltar hasta tocar las nubes con la cabeza, abrazar hasta que te crujan todos los huesos, amar hasta que no puedas dormir solo por esa persona, besar hasta que no sientas los labios, dormir hasta que no puedas cerrar más los ojos.
 No hagas caso a esos que van pregonando por el mundo que el amor no sirve para nada, que la vida es una mierda, son gente sin alma, sé fiel a ti mismo, conoce tus límites y pon tus pies sobre la línea que los marca, demuestra al mundo que la vida es el bien más preciado con el que se nos ha obsequiado, que el amor es de las cosas más bonitas que tiene la vida y que no merece la pena estar lamentándose por nada, pues segundo a segundo la vida nos brinda oportunidades de reír, de llorar, de saltar, de caer, y de pasarlo bien.
 Gasta tu tiempo en vivir, y no en maldecir la vida que te ha tocado. La vida no nos toca, cada uno elige la propia vida que quiere vivir, tú decides.

jueves, 21 de junio de 2012

Sweet crescendo

 Muchas veces habrás oído eso de que la vida es como una montaña rusa, unas veces arriba, otras abajo, y con un espacio ínfimo entre cumbre y mínimo. 
 Las notas musicales podrían definir una vida por completo. Y aquí viene el crescendo, la música suena a todo volumen, el piano repica en toda la habitación, el chelo se hace notar y todo culmina en una explosión de alegría y notas alegres inundan el ambiente. Pero después de todo crescendo viene su diminuendo correspondiente, donde todo baja, el piano calla mientras que el chelo se esconde y no suena. Las notas y tú van en el mismo vagón donde van directo a estrellarse al suelo. El crescendo es tan efímero, pero bendita brevedad. 
 La dulce crueldad viene acompañada de dulces puñaladas mientras caes, a tu lado, mientras te golpean para que caigas y bajes más rápido. Pero después de toda bajada hay una subida, al igual que después de cada subida hay una bajada. La duración de cada viaje en esa dirección depende del viajero, y del vehículo en el que se viaja, pero un trayecto no influye al otro. Vivimos en un constante cambio, así nos hizo quien quiera que nos haya hecho, y bendito creador. 
 Él sabe que viajar en línea recta es aburrido, sabe que las curvas no son siempre bonitas, pero son necesarias, porque para subir primero hay que bajar y para bajar, hay que haber estado arriba, y mientras bajas te queda ese recuerdo de estar arriba, en lo alto, y luchas por volver, y vuelves.
 Llora, lucha, patalea, grita, araña, rompe, dispara, sangra, hazlo todo, pero sube. 

martes, 19 de junio de 2012

That's the bulletproof.

 Miles de principios iguales, miles de finales distintos. Infinitos principios borrados que podrían haber cambiado por completo el final, y de por sí haber cambiado toda la historia.   
 Escribir no es ninguna magia. Escribir es tan solo saber poner las palabras en el orden correcto para que logren ejercer su función primaria, las palabras fueron creadas para expresar, no para malgastar o no saber utilizarlas. Las letras corren a su ritmo, como si el teclado fuera un piano y las palabras sus notas más bonitas para crear la mejor sinfonía de la historia. Las notas siempre están ahí, solo hay que saber utilizarlas en el orden correcto y en el momento adecuado para saber traspasar esa barrera humana que separa lo común de lo verdaderamente bueno, esa barrera que separa lo corriente de lo que es capaz de llegar al corazón y recorrer todas y cada una de las partes de un cuerpo humano para levantar el vello y hacer saltar todas las emociones habidas y por haber. 
 Como esa risa que sale de lo más profundo de unos pulmones, como ese grito que proviene del mismo sitio, como esa luz que lo inunda todo y no deja sombra posible, como esa música que revienta los oídos, como esa velocidad que imprimen las piernas para llegar el primero, como ese odio que oscurece el alma, como esa alegría que embellece el mundo, como esa bala que mata al instante, como ese instante que muere y deja paso al siguiente, como ese cuchillo que raja y sangra, como ese golpe que lo rompe todo o como ese retroceso que lo devuelve todo a su sitio, como ese escudo que impide tu muerte. 
 Como saber que estás viviendo, y como vivir no sabiendo nada. 

viernes, 23 de diciembre de 2011

Empty space

 Las notas tristes se disuelven entre el polvo mientras las ideas se intentan hacer un hueco entre el ruido y los sentimientos desfilan por la puerta como militares que se disponen a morir en la guerra. Estos sentimientos no van a ninguna guerra, pero si van a morir, desfilan hacia el ocaso donde caen los sentimientos que no encuentran lugar en la sociedad, sentimientos como el amor sincero contrario a las apariencias, la amistad verdadera opuesta a las conveniencias, la empatía que tanto nos enseñaban en el colegio, el poder ponerte en el lugar del otro y conocer su situación, el tener la voluntad de ayudar a aquellos que tanto te han dado, y no enamorarte de aquellos que tanto te han quitado.
Mientras el polvo inunda la habitación las gotas echan carreras por el cristal de la ventana mientras las notas tristes se funden con la tranquilidad del ambiente. Las guitarras se abrazan a los pianos mientras la dulce voz se funde con la base y el bajo, y por la ventana se cuela una brisa que congela todo, congela todos los sentimientos y no deja que nada florezca, todo un invierno en una sola habitación. El móvil no suena desde hace 3 meses y la radio no para de sonar, cuando el móvil suene la radio parará. El balón naranja rueda por la habitación buscando unas manos que lo recojan del frío suelo, pero solo encuentra unas manos fieles que jamás lo abandonará. Todo se resume en el agujero por donde salen los sentimientos, que van a parar a la mar, que es el morir. Ni el triste árbol de navidad es capaz de retenerlos, todo se va y se vacía.
Pero él es feliz, una radio con música infinita, un balón naranja y rayas negras, su árbol y su frío, el lugar donde todo es tuyo es el lugar donde más fácil es ser feliz. El móvil sonará, por equivocación o por azar, pero sonará, la radio parará, el balón echará a rodar y el árbol caerá, pero todo volverá a su cauce, aquel cauce que lo condujo a aquella cueva.
Es fascinante como escribir algo tan sencillo como este texto puede teñirlo todo de color y dejar el blanco y negro para las películas tristes, es recomendable.



PD: Feliz Navidad, feliz Año Nuevo y paz.